Boda en una finca: el lugar ideal para los amantes de la naturaleza y la belleza.
Cada elemento debe estar cuidadosamente planificado para crear un día inolvidable, no sólo para los novios, sino también para todos los familiares y amigos que asistirán. Pero, ¿cómo elegir el lugar de la boda perfecto?
Las posibilidades son casi infinitas y depende mucho del estilo y el estado de ánimo que se quiera dar a este momento especial.
Entre los que prefieren una boda real, optando por una recepción clásica y suntuosa, y los que sueñan con una boda glamurosa y urbana, quizá en la azotea de un hotel, en los últimos años cada vez son más las parejas que se dejan encantar por la idea de una boda ecológica en una finca para bodas.
Una experiencia para vivir el día más bonito de la vida de forma íntima, rodeados de naturaleza y lejos del caos de la ciudad, disfrutando de la belleza de unas vistas impresionantes, de entornos únicos y de productos genuinos de kilómetro cero.
Celebrar el banquete de boda en una finca es, por tanto, una tendencia que se ha hecho cada vez más popular en los últimos tiempos, transformando estos alojamientos en lugares muy solicitados.
Cómo elegir el lugar de la boda: algunos aspectos a tener en cuenta
Para todos los futuros novios, nunca hay demasiadas preguntas que hacer: ¿qué tamaño tiene el lugar? ¿A qué distancia está la iglesia o el ayuntamiento? En caso de mal tiempo, ¿qué alternativas ofrecer? Son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta, por lo que puede ser útil contar con algunas sugerencias de orientación, así como la búsqueda de las últimas tendencias en bodas.
Ubicación
La mayoría de las veces, el lugar de la boda y el lugar de la recepción son diferentes. Por eso hay que tratar de reducir al máximo la distancia entre ambos y tener en cuenta la facilidad de acceso y la distancia de cualquier alojamiento cercano para aquellos que quieran, después de la fiesta, no tener que preocuparse por volver a casa.
Una excelente alternativa sería optar por un único lugar para todo el evento, ofreciendo, por ejemplo, una capilla para quienes deseen celebrar una boda religiosa, o un lugar ad hoc, como un gran salón, para quienes deseen una boda civil.
Estructura y estilo de la boda
Es fundamental tener en cuenta los espacios disponibles: ¿tiene el local espacios interiores y exteriores? De hecho, el factor meteorológico es siempre una incógnita: es mejor elegir un lugar que ofrezca más posibilidades para un posible "plan B". Por último, no hay que olvidar el estilo, que debe reflejarse en un lugar que realce el gusto de los novios y la temática del evento.
Exclusividad
Como se ha dicho, una boda es un día especial que se desea pasar con los seres queridos de forma íntima. Por eso es importante tener en cuenta la privacidad, la exclusividad y el tiempo disponible, valorando si el mismo lugar puede alquilarse para varios eventos al mismo tiempo y si hay que respetar determinados horarios para la duración de la recepción.
Número de invitados
El número de invitados influye mucho en el tipo de boda y en la elección del lugar, para entender si es más o menos adecuado para el evento que se tiene en mente.
Por lo tanto, es necesario tener en cuenta la capacidad del local.
Extras
¿Ofrece el lugar de celebración un servicio de restaurante, o será necesario recurrir a un servicio de catering externo?
¿Se encargará el personal del local de la decoración, el montaje y la iluminación?
¿Existen servicios "extra" para los invitados, quizá antes o después de la boda, como degustaciones o aperitivos al aire libre, barras libres o entretenimiento para los niños?
La atención y el cuidado de estos detalles es fundamental: estos servicios son el "valor añadido" que puede convertir una boda en un día aún más único e inolvidable.
Boda en una finca: ¿por qué elegirla?
Destinos ideales para una escapada romántica de fin de semana lejos de la ciudad, las fincas actuales también ofrecen instalaciones de restauración bien organizadas y entornos funcionales y cuidados en los que la naturaleza, los espacios íntimos y la sencillez se convierten en factores determinantes, lo que las convierte en lugares perfectos para la celebración de eventos y banquetes de boda.
Pero, ¿cuáles son las ventajas de celebrar una boda campestre en una finca?
Amplios espacios inmersos en la naturaleza
Elegir la organización de su boda en una finca significa no tener que preocuparse por el espacio, ya que el valor añadido de este lugar reside en la amplitud y variedad de sus espacios, que suelen ser tanto interiores como exteriores.
También elimina el problema del aparcamiento para los invitados y ofrece campos y prados donde la familia y los amigos pueden relajarse entre comidas y, sobre todo, donde los niños pueden jugar, obviamente en un entorno controlado.
Precisamente por estar rodeados de naturaleza, las fincas ofrecen un ambiente evocador que permite realizar la sesión de fotos in situ, reduciendo así el largo tiempo de espera antes de la llegada de los novios y el comienzo de la comida o la cena.
Un lugar íntimo
La privacidad y la gestión del tiempo, como se ha mencionado, son aspectos cruciales para una boda acogedora y tranquila.
Por lo tanto, una finca es la opción ideal, ya que se trata de un lugar exclusivo en el que generalmente no hay límite de tiempo para la duración de la recepción.
Menú tradicional y genuino
El matrimonio es una cuestión de convivencia, y ¿qué puede ser más agradable que la hora de la comida? La elección del menú es muy importante y la finca garantiza una cocina genuina y auténtica, en la que afloran todos los sabores y olores tradicionales de la tierra, destacando las excelentes materias primas, a menudo ecológicas y de kilómetro cero.
Y, por supuesto, el vino es el acompañamiento perfecto para una comida o cena de boda.
De este modo, se puede estar seguro de contar con productos auténticos y de alta calidad: la sencillez, especialmente cuando se trata de alimentos y vinos, siempre merece la pena.
Entornos equilibrados para los amantes de la naturaleza
Hay que imaginar el silencio de la campiña, los suaves contornos de las colinas, rodeados de hileras de cipreses o viñedos, o el césped de la hierba inglesa: elegir celebrar una boda en una finca significa abrazar la naturaleza.
Y los decorados deben inspirarse en la naturaleza, prefiriendo un estilo sencillo sin renunciar a la elegancia, en el que cada elemento, desde las flores hasta los centros de mesa y las sillas, cree una atmósfera refinada y romántica.
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Fuente original: Comunicae.es.