Lo que hace especial al pavimento continúo además de su instalación sin juntas, es su amplia aplicación a un gran número de superficies ya sean en interior o exterior desde almacenes o sótanos hasta pistas deportivas o colegios. También cabe destacar su versatilidad en cuanto al tipo de superficie en la cual se va a aplicar, ya sea de hormigón, cemento, yeso, azulejos etc.
El pavimento continuo en exteriores es bastante utilizado ya que es impermeable y no presenta poros por los que pueda pasar la humedad sin dejar de ser un material transpirable. Además, es un material totalmente resistente a las elevadas temperaturas, a pesar de no tener juntas.
En la industria sanitaria como en centros médicos o incluso en farmacéuticas, es una de las mejores opciones ya que al tratarse de un pavimento continuo y no tener juntas, no hay riesgo de que la suciedad se incruste entre ellas. Por esta razón, es muy fácil de limpiar y mantener. Además, como previamente se ha mencionado, su baja porosidad hace que la suciedad tampoco se fije como lo haría en otros materiales.
Además, otra característica importante para este tipo de industrias donde se debe cuidar especialmente la salubridad de todo el entorno, es que el pavimento continuo se trata de un material aséptico. Esto quiere decir que bacterias no se extienden y tampoco le afectan los productos químicos utilizados sobre él.
Para instalar un pavimento continuo se necesita un profesional altamente capacitado que conozca las exigencias de los materiales y de la superficie en la que va a colocar el pavimento. Sin embargo, cuando un profesional conoce perfectamente los materiales a trabajar, se trata de una tarea de fácil aplicación ya que no necesita grandes obras de albañilería.
Entre otras de sus ventajas es la durabilidad del material, resiste al rayado, al impacto y a la abrasión, convirtiéndolo en la mejor opción para suelos industriales. Estos suelos son lo suficientemente resistentes para el tránsito no solo de personas, sino también de vehículos y de grandes máquinas industriales. Atendiendo, además, a la actividad industrial en cuestión, esta puede generar residuos que pueden dañar y rayar la superficie como partículas de polvo o sustancias abrasivas. Sin embargo, la resistencia del pavimento continuo es la adecuada incluso para las industrias más pesadas.
El espesor del material es clave para sus diferentes aplicaciones. En aquellas industrias más pesadas, el espesor será más elevado, mientras que en aquellas donde no se requiera una gran resistencia por parte del material, una capa de un grosor menor será suficiente.
Otra de las grandes ventajas de este material, es que está presente en una variedad de colores y acabados que se adaptan al espacio donde se colocará el material. Por lo que el pavimento continuo se adapta tanto de forma técnica como estética a las necesidades del espacio y su uso.
Su acabado puede ser más natural o con un pulido de alto brillo, muy utilizado en espacios con poca luz para que esta se pueda reflejar y haga el espacio más amplio y luminoso.
Existen varios tipos de pavimento continuo:
- Microcemento
- Cemento pulido
- Hormigón pulido
- Resinas
La utilización de uno u otro dependerá principalmente de la industria en la cual se utilicen y el acabado y el nivel de resistencia que se esté buscando. Por ejemplo, el microcemento se utiliza mucho en reformas de interior de viviendas mientras que el hormigón pulido es más utilizado en naves industriales o aparcamientos. En el caso de las resinas se utilizan a modo de revestimiento para suelos, entre las más utilizadas se encuentran las de epoxi y poliuretano.
Como se puede apreciar, el pavimento continuo tiene una gran variedad opciones de materiales y características, lo cual lo convierten en una excelente elección para cualquier pavimento de cualquier industria que busque garantía de resistencia y calidad.
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Fuente original: Comunicae.es.